se le echaba de comer a las palomas, se esperaba a un amigo, se cruzaba deprisa yendo o viniendo de Las Ramblas, hasta que se transformó en una acampada y empezaron a suceder cosas. La gente empezó a soñar despierta. Un día, con la torticera excusa de la salubridad, llegaron con muy malos modos a "limpiarnos", pero ese mismo día se acercaron muchísimos más. Y ya somos el doble.
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